miércoles, 26 de octubre de 2011

Obra

EL ÁNGEL AVARO

Gentes de las esquinas 
de pueblos y naciones que no están en el mapa 
comentaban. 
   —Ese hombre está muerto 
y no lo sabe. 
Quiere asaltar la banca, 
robar nubes, estrellas, cometas de oro, 
comprar lo más difícil: 
el cielo: 
Y ese hombre está muerto. 
   Temblores subterráneos le sacuden la frente. 
Tumbos de tierra desprendida, 
ecos desvariados, 
sones confusos de piquetas y azadas, 
los oídos. 
Los ojos, 
luces de acetileno, 
húmedas, áureas galerías. 
El corazón, 
explosiones de piedras, júbilos, dinamita. 
   Sueña con las minas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario